miércoles, abril 03, 2013

Las estaciones, cualquier estación: autobuses, ferrocarril, aeropuertos. No tanto lugares de paso sino áreas de descanso. Espacios a salvo del antes, del después; sin equipaje apenas y la utopía en los ojos. Por eso las amo. Esa moneda al aire todavía, esa fugaz certeza de que todo es posible.






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